Las Aventuras en el Abismo Estrecho

Adventures on the Narrow Straights:
an analysis of the stretched abyss

28.7.10

Espectadores

En mis búsquedas por los escultores del Renacimiento, he encontrado a un personaje interesantes del siglo XVI, un tal Francisco de Holanda. Fue un hombre extraordinario, pero como un analista moderno postula, fue un personaje cuyo contacto con la fama, "...y, por consiguiente, con la inmortalidad" fue como testigo, espectador. Entrevistó en una tarde al famoso Miguel Ángel, y de esta forma se vuelve infinito. Lo comparan a Eckerman, testigo de Goethe, o Las Casas, testigo de Napoleón. ¿Cuántas personas de esta forma no viven hoy día, en nuestros alrededores, espejos de nuestra existencia?
Francisco de Holanda viajó a Italia y fue becado/espía para el rey Juan III, pero nació en Lisboa, de un padre que era miniaturista llamado Antonio, de origen holandés, en los últimos años de la segunda década del XVI. En 1538, cuando Francisco debe haber tenido solamente veinte años, llega a tener conversaciones con el maestro, en ese entonces de sesenta y tres años.
Pero este genio no solo era un extraordinario labrador manual - unos historiadores se han preguntado si éste florentino en realidad fue un factor esencial para la Reforma Protestante! El costo que fue para el papa Julio II crear una capilla como la Sixtina, donde podría ubicar a su tumba (nunca terminada), le requirió a sus sucesores buscar más medios de ganar dinero, pues alzando los precios de las indulgencias, y corrompiendo el proceso de donaciones que enfurece a Martín Lutero - vaya teoría, Giovanni Papini!
Y Francisco de Holanda tuvo el placer de publicar sus conversaciones con este talento que hizo que cayeran los dominós. Pero el espíritu que Miguel Ángel relata a Francisco no es realmente uno del orden antiguo; se está acercando ya a un pensamiento Barroco en vez de Renacentista. Quizás uno podría ver un paralelo entre la adolescente admiración de los antiguos maestros en el siglo XV y luego un más sabio deseo y búsqueda espiritual en arte del siglo XVI. Ya en el crepúsculo de su vida Miguel Ángel estaba buscando una esencia secreta, lo metafísico de la pintura. Es gracioso que en este entonces sigue con un desprecio del arte flamenco, cuyas alegorías y relatos muchas veces tratan con estos mismos temas. Imagínate una conversación entre Rembrandt o Bernini y Miguel Ángel!
Pero las conversaciones que nos quedan no son con famosos, sino con estos personajes tan interesantes de la historia - los que inmortalizan las cosas. De la misma forma que el Nuevo Testamento fue escrito por los apóstoles, que un Horace Walpole escribe sobre el arte británico, que un Vasari relata la vida de los pintores - así es que los cuentos sobreviven. Mientras que las autobiografías, o los cuentos escritos por personajes principales se caen. La autobiografía de Cellini, Mein Kampf... y si Jesus sí escribió un Evangelio? El subjetivismo de contar su propio cuento deshace al heroismo, de una forma u otra. Quizás en las palabras de un espectador, podemos relacionarnos como espectadores también.

1 comment:

Anonymous said...

hey


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